Esta visto que las acciones del gobierno, siguiendo las recomendaciones de la ministra portavoz, tengan o no trascendencia, revistan o no un gran interés público, deben ser divulgadas por las cadenas de televisión amigas, que lo son y mucho en base a las prebendas de todo tipo que reciben por parte del ejecutivo y sus correspondientes departamentos.
Que la edición del video del Pero editado a instancias del ministerio de Consumo se haga un hueco en los telediarios en horario de mayor audiencia habla por sí sólo del grado de sumisión al que han llegado las televisiones cuando se trata de bailar al son que marca el gobierno, que para ello riega y mucho con dinero público a sus empresas. La noticia del video y de la presencia del ministro en el acto de presentación se aprovechó para hacer aparecer a unos figurantes hablando de los demonios del juego y sus consecuencias nefastas. Todo ello con un encomiable sentido de la objetividad. Del espíritu creativo del video en cuestión y de su presunta función pedagógica que hablen quienes lo han visto. Lamentable.